noviembre 30, 2023

Las vacaciones, el buen tiempo, la piscina o el chiringuito son el cóctel perfecto para que el verano se convierta en la estación del año favorita para muchas personas. Sin embargo, el exceso de calor tiene algunas consecuencias molestas para otras, como las rozaduras en los muslos. El sudor es uno de los elementos más incómodos del verano y el problema es que en algunas zonas del cuerpo debido a la fricción puede provocar irritaciones. Así por ejemplo el sudor hace que las piernas se peguen al caminar (cuando se llevan vestidos, faldas o pantalones muy cortos), la piel se irrite y pueda producirse una rozadura. Aunque no es grave, sí es algo molesto que, además, puede aparecer en otras zonas del cuerpo, como las axilas o incluso el pecho. Mención aparte, merecen los pies, donde en esta época también son habituales las ampollas y rozaduras con determinado tipo de calzado.

¿Por qué en verano se producen más rozaduras en la piel?

La doctora Graziella Moraes, experta en medicina estética, explica que «la sudoración y la humedad, por el calor, vuelven la piel más vulnerable provocando que se irrite con mayor facilidad ante cualquier roce, hasta el punto de provocar herida o ampolla». La experta añade que «la irritación por sudor afecta más a aquellas personas que tienen una piel sensible o atópica».

Las rozaduras en la entrepierna son también habituales entre los deportistas por la fricción de la ropa con la piel húmeda por el sudor. Por otra parte, en general, también son más normales entre las personas con exceso de grasa.


La playa es un lugar donde se pueden provocar rozaduras en los muslos y otras zonas del cuerpo por la combinación de la humedad y el calor.


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¿Se pueden evitar?

Para evitar las rozaduras en los muslos conviene elegir ropa interior que cubra esa zona, cuando no es posible, existen también bandas anti-roce que se adhieren a la piel y pueden usarse en algunas situaciones. La doctora Graziella Moraes también aconseja «utilizar productos antifricción o secantes para evitar la humedad. Si la rozadura es cuestión de exceso de grasa, recurrir al ejercicio físico (siempre de la mano de un profesional o entrenador personal que nos indique) y a tratamientos médico-estéticos para eliminar esa grasa localizada (como Coolsculpting, que elimina la grasa acumulada gracias al frío o Imperium, que utiliza la diatermocontracción, la radiofrecuencia y los ultrasonidos). Pero, ante todo, siempre normalizar la naturaleza de nuestro cuerpo y no demonizar estos sucesos que, si bien son molestos, son de lo más común y no debe ser un motivo de desagrado, falta de autoestima o complejo».


De izquierda a derecha: Aquaphor Pomada Corporal en Spray de Eucerin (25,20 €); Little Miracles de Kaalm Organics (18,95 €); Sportsalil Gel Anti-Rozaduras de Laboratorios Viñas (10,90 €).


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Y cuando ya han aparecido las rozaduras, bálsamos para aliviar las molestias

Aunque lo ideal es prevenir la rozadura, no siempre es posible, así que si se sufre este contratiempo, es importante cuidar la piel con cremas adecuadas para acelerar su curación. La doctora Moraes recomienda «aplicar cremas con principios activos regenerantes y con ácido hialurónico para restablecer y proteger la zona. También es aconsejable usar ropa holgada y evitar la humedad excesiva y recurrente en la zona para prevenir infecciones».


De izquierda a derecha: Bepanthol SensiCalm de Bayer (9,50 €); Crema antirozaduras en barra Aptonia (5,99 €, en Decathlon); Bálsamo reparador todo en uno Skin Food de Weleda (14,60 €).


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Si se ha formado una ampolla o herida, conviene cubrirla para limitar la fricción, y en esos casos utilizar siempre ropa holgada que la cubra, para evitar de nuevo el roce hasta que esté curada.