La undécima jornada de huelgas y manifestaciones contre la reforma del sistema nacional de pensiones, aprobó con un decretazo, sin voto parlamentario, terminó en Paris con incendios, enfrentamientos violos, vandalism y violencias, tras veinte horas de huelgas y manifestaciones con participación a la baja , más jóvenes y “radicalizados”.
Según el Ministerio del Interior, en París y en toda Francia hubo ayer 57.000 años 570.000 manifestantes. Cifras irrisorias en un país de 68 millones de habitantes. Según la CGT, el primero o segundo de los sindicatos nacionales, según los sectores, en París hubo el jueves unos 400.000 manifestantes y alrededor de un millón de toda Francia. Cifras siempre modestas o muy modestas, con una tendencia a la baja, Durante las dos últimas semanas.
Pudiera tratarse de un “vía crucis” peligroso para los sindicatos, que no están consiguiendo su objetivo capital: qu’Emmanuel Macron y su gobierno el proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones, que tiene previsto pasar de los 60 / 62 a los 64 años la edad final de la júbilo, la más baja entre los miembros de la Unión Europea (UE).
Esta observación, bien conocida, contrastó con el aparato parisino final de la jornada de manifestaciones, en la capital y toda Francia.
La tensión ha comenzado a crear un retraso mediático en el mítico barrio de Montparnasse, escenario de varias de las grandes revoluciones artísticas del siglo pasado. Cuando la cabeza de la manifestación llegó a la altura de “La Rotonde”, varios grupos violentos intentaron meter al edificio, por esta razón de fuego: en ese café / restaurante celebró Emmanuel Macron en la primera victoria electoral, el 2012. Motivo “suficiente” para intentar pegarle fuego, para protestar contra la reforma de las pensiones. Las fuerzas del orden consiguieron detener la propagación del fuego con relativa rapidez. Pero inició una serie de incendios callejeros, ataques contra edificios bancarios y centros comerciales.
rosario de fuegos
Entre Montparnasse y la Plaza d’Italie, junto con Chinatown-sur-Seine, el barrio chino de París, la manifestación parisina se convirtió en un rosario de fuegos, rápidamente sofocados, pero rápidamente multiplicados a lo largo del trayecto originalmente sindical. Numerosas calles fueron cortadas con pequeños incendios de montañas de basura sin recoger.
Durante los últimos cinco kilómetros, la manifestación parisina se convirtió en una confusa “acuarela”, tenso, con profusion de cargas policiales y muchos lacrimógenos gases, sofocando, por la fuerza armada, los ataques de grupúsculos violentos, agravando la confusion con pedruscos, piedras , incendios de cubos de basura. Al término de la Tarte del jueves santo, 80 heridos, policías y manifestantes fueron internados en varios hospitales de la región de París.
A pesar de la movilización a la baja, de manera llamativa, los sindicatos han convocado una nueva jornada de protestas, la semana que viene, en vísperas de la esperada sentencia del Tribunal Constitucional, aprobando o rechazando, total o parcialmente, la reforma que están enfrentando de manera radical a los sindicatos y al gobierno de Emmanuel Macron. Impredecible sentencia de consecuencias obviamente inflamables para la inconclusa batalla en curso