IEl 13 de mayo es un día revolucionario. La esclavitud fue abolida en Brasil el 13 de mayo de 1888. Las barricadas parisinas lanzaron una huelga general contra las grandes empresas el 13 de mayo de 1968. Y el 13 de mayo de 1989, los estudiantes de Beijing ocuparon la plaza de Tiananmen. Pero las esperanzas de justicia distributiva y democracia se han convertido en un sistema global de explotación neoliberal. Aún hoy, el suelo de América Latina está en manos de los antiguos invasores. La destrucción del mundo vivo no solo continúa sin cesar, sino que incluso se acelera, escondida detrás de etiquetas falsas y “lavado verde”. Hoy, 13 de mayo de 2023, nos solidarizamos con el Movimiento Sin Tierra (MST) y exigimos: ¡no al acaparamiento y explotación de tierras! ¡Sí a la democracia, al reparto equitativo de la tierra ya la ecología del cuidado!
Desde la década de 1980, el MST –el mayor movimiento social de mujeres campesinas y campesinas sin tierra de América Latina, comprometido con la reforma agraria popular y la agricultura ecológica– ha logrado que más de 400.000 familias accedan a la tierra en Brasil. Desde sus inicios, el movimiento ha sido criminalizado y combatido por poderosas corporaciones agroindustriales brasileñas. Cada año, decenas de activistas son asesinados o desaparecen. Según estadísticas de 2022, el estado de Pará tiene el mayor número de asesinatos de los cinco estados brasileños de la región amazónica.
Estos activistas luchan por todos nosotros, porque el futuro de nuestro planeta se juega en la Amazonía. A favor o en contra de una agricultura de acogida sostenible, equitativa y humana. A favor o en contra del desplazamiento de poblaciones para la producción de soja, palma aceitera y carne vacuna. A favor o en contra de un cuestionamiento a la aprobación colonial de la tierra, que ha estado suspendida durante siglos. En los últimos años, numerosas campañas concedidas por la sociedad civil han permitido dar a conocer el origen de nuestros productos de consumo. Las etiquetas voluntarias, llamadas «etiquetas ambientales», deben garantizar para el aceite de palma, la soja, la carne vacuna y muchos otros productos, una producción no violenta y respetuosa con el medio ambiente.
saqueo colonial
Gracias a este sistema de etiquetado, Nutella (Ferrero) es considerada primera en su clase en términos de desarrollo sostenible y colabora con el Fondo Mundial para la Naturaleza, está confiadamente comprometida con la protección del medio ambiente. ¡Pero estas iniciativas se adaptaron del “lavado verde” neoliberal! Agropalma, la mayor empresa de aceite de palma de Brasil, opera en el estado amazónico de Pará y abastece a 20 fabricantes internacionales de alimentos, entre ellos Ferrero (Nutella), Nestlé, PepsiCo, Kellog’s, Mars, Langnese, Unilever y Danone, es el ejemplo más cínico. Agropalma está etiquetada con un total de diez sellos internacionales de cultivo ecológico, de comercio justo y sostenible, entre ellos ecológico, de la Unión Europea (normas ecológicas de la UE) y certificación RSPO (Roundtable on Sustainable Palm Oil). El hecho es que estas etiquetas fueron creadas por la agroindustria para la agroindustria.
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