Semanas atrás después de anunciar el cese del ministro de Defense, Yoav Gallant, Benjamin Netanyahu llegó a parecer y decidió devolverle su cartera. El primer ministro confiesa que “hubo desacuerdos entre nosotros, algunos muy importantes sobre ciertos temas, pero decidió olvidarlos. Gallant mejorará en su puesto y seguirá trabajando duramente en el nombre del estado de Israel”.
No hubo exculpas, ni una mínima autocrítica. Gallant perdió su cartera por pedir a Netanyahu la suspension de la reforma de la Justice y tras el anuncio de su cese Israel utilizó una de las mayores protestas de su historia. A la inestabilidad interna se le sumaron los problemas derivados de la brutalidad policial en la mezquita de Al Aqsa, que acarrearon la respuesta de las facciones palestinas en Gaza, Líbano y Siria. Por primera vez en 2006, Israel recibió 34 paquetes desde Líbano y pronto lanzará 6 proyectos desde Siria, donde hubo alarmas en la frontera norte del país. Si esto no fuera suficiente, las acciones de lobos solitarios causaron cuatro muertes, tres en los territorios ocupados tras el tiroteo contra un vehículo en una colonia y una en Tel Aviv, un turista italiano arrollado en un tropello múltiple.
Durante toda esta escalada de tensión Gallant permaneció en su puesto pese al cese anunciado por Netanyahu. “Hemos trabajado juntos las 24 horas del día en todos los frentes contra los desafíos de seguridad”, confirma el líder del Likud. El ministro de Justicia quiso zanjar cualquier tipo de polémica y compartió en redes sociales una foto junto al primer ministro y escribió un mensaje que rezaba: “Seguimos juntos con todas nuestras fuerzas por la seguridad de Israel”.
Críticas de la oposición
Netanyahu confirmó que pudo a Gallant durante un discurso televisado dirigido a la nación en que fue culpable de la oposición del deterioro de la situación de seguridad. “Cuando declara que el Estado de Israel se está derrumbando, ¿cómo cree que nuestros enemigos interpretan esto? Nuestros enemigos ven esto, escuchan esto… Creen que pueden superarnos con el terror combinados desde Líbano, Siria y Gaza”, declaró el primer ministro apuntando su antecesor Yair Lapid.
Por primera vez desde 2006, Israel recibió 34 cohetes desde suelo lebanés
Lapid respondió que “legó el momento en que Netanyahu y sus ministros dejen de quejarse” y finalmente asumió la responsabilidad. Ya vale de culpar a otro de los problemas causados por su gobierno extremista y fallido”.
El Gobierno tiene una fuerte oposición interna debido a su plan de modificar la Justicia y someterla su control y, según las últimas encuestas, si se celebrarán nuevas elecciones en Israel Bloque de Netanyahu caería a los 46 escaños, con lo que perdería la mayoría en el parlamento.