Los embajadores de los miembros pays de la Unión Europea se reúnen hoy por enésima vez para intentar lograr un compromiso con el que poner en marcha el programa de compra conjunta de municiones de artillería para Ucrania. Los europeos se pusieron de acuerdo en destinar 2.000 millones de euros para este objetivo, a sugerencia de la primera ministra estonia Kaja Kallas, pero hasta ahora no han podido definir los detalles. En términos concretos, si las compras han de limitarse a empresas europeas, que ya están produciendo a toda máquina, o si se puede optar por comprar en otros mercados, dada la premura de la situación militar en el terreno.
La primera parte del plan, con la mitad de la dotación financiera, consistía en entregar municiones a Ucrania lo más rápido posible y para ello se hizo uso de las existencias en los distintos ejércitos o la redirección de pedidos que estaban en curso. La segunda parte, dotada con otros mil millones, como objetivo financiar compras conjuntas tiene para entregar antes de fin de año la cifra de un millón de obuses.
A esta segunda parte se sumaron prácticamente todos los países, pero hasta ahora se ha mantenido una batalla entre Polonia, que propone que esas adquisiciones puedan hacerse donde más convenga, y Francia, que insiste en que ese dinero debe servir preferentemente para reforzar la industria europea de la defensa.
La cuestión ha provocado ciertas reacciones incluso desspechadas fuera del Consejo de la UE, comenzando por el propio ministro de Exteriores ucraniano, dimitro kuleba. Este publicó un mensaje en redes sociales denunciando que “es frustrante la incapacidad de la UE para implementar su propia decisión sobre la adquisición conjunta de municiones para Ucrania. Esta es una prueba de si la UE tiene autonomía estratégica para tomar nuevas decisiones cruciales de seguridad. Para Ucrania, el costo de la inacción se mide en vidas humanas“.
Ucrania denuncia la “incapacidad de la UE” para desbloquear el acuerdo, lo que “cuesta vidas humanas”
propuesta fallida
Fuentes francesas han sido especialmente críticas con esta de Kuleba, al que reprochan que no se ha oído que “para tener autonomía estratégica, los europeos necesitamos precisamente reforzar nuestra industria de defensa”. Los posibles suministradores alternativos serían Serbia, Turquía o Corea del Sur. Francia insiste en que las fábricas europeas tienen capacidad suficiente para llevar a cabo esta solicitud. Italia presenta una propuesta de compromiso pero no cuenta con y la presidencia sueca ha anunciado que no someterá el tema a votación hoy a menos que estén seguros de que hay un acuerdo de los 27 paises. Se requiere unanimidad.
El tercer y último componente del proyecto que tiene como objetivo a medio plazo y el desarrollo de la capacidad de producción de la industria europea, aún no se ha discutido. Legalmente es bastante más complejo y por ello debe ser desarrollado desde la Comisión Europea, que por su parte deficiencia de experiencia en materia de asuntos militares. Interior del mercado comisario, Bretañaque por cierto también es inglés, está intentando ponerlo en marcha, pero las estructuras del ejecutivo comunitario están ya en modo “end of legislatura”, ocupadas sobre todo en completar los proyectos ya en marcha, antes de las elecciones de mayo del año que vien .