“Nada es más hermoso que un cuerpo desnudo”, aseguró Yves Saint Laurent, que se habrá pasado la vida vistiéndola. Pero hacerlo sin taparlo, sin ocultarlo, repensando el lenguaje del cuerpo en la era de la revolución sexual con tejidos suaves, ligeros, a veces transparentes: encajes, tules, muselinas, organdí, Cigaline. Es con este material sintético semitransparente, desarrollado por una fábrica de seda de Lyon, que creó en 1968 una blusa que dejaba al descubierto el pecho de la usuaria.
Combinada con uno de los primeros conjuntos de esmoquin compuesto por chaqueta y bermudas, esta blusa causó escándalo y lanzó la moda bautizada por la prensa americana “Ver a través”, ” ver a través de “. Así nace el mirada desnuda característica de Yves Saint Laurent (que será objeto de una exposición este verano en la Ciudad del Encaje y la Moda de Calais llamada “Yves Saint Laurent: Transparencias”) y cuya pieza emblemática sigue siendo el vestido desnudo, un vestido íntegramente en muselina transparente ceñido con plumas de avestruz.
Un año antes, en 1967, el modisto francés ya había diseñado el vestuario de Catherine Deneuve para la película de Buñuel hermoso dia. La actriz interpreta a Séverine, una joven esposa burguesa que sólo encuentra placer en el burdel donde se prostituye de 14 a 17 horas entre semana. Adaptada de una novela de Joseph Kessel, la película es presentada por su coguionista, Jean-Claude Carrière, como “un objeto muy raro en la historia del cine: una exploración de lo que Freud llamó el ‘continente oscuro’, el erotismo femenino”…
Carga erótica
Si varios estilismos que lleva la actriz en la película se han convertido en culto (desde la gabardina de vinilo hasta el sobrio vestido negro con cuello y puños de raso marfil), hay uno bastante sacrílego. En el corazón de la película, en efecto, comprometida por un anciano duque con una fantasía singular, Séverine ocupa su lugar en un ataúd, su cuerpo desnudo envuelto, de pies a cabeza, en un inmenso velo negro transparente.
El motivo siempre ha inspirado a los artistas: pintores, por supuesto, demostrando su virtuosismo representando velos casi imperceptibles en los rostros de las vírgenes, pero también escultores. ¿Cómo hacer la transparencia de un textil con mármol? Desde la Antigüedad, los griegos desarrollaron la técnica del drapeado húmedo. Si los hombres o los dioses se exhiben en desnudez atlética, el cuerpo femenino está cubierto, su imperfección o incompletitud (si seguimos a Aristóteles) requiere este artificio. Manera, también, de indicar una prohibición eludiéndola. Porque la tela, que se supone que vislumbra lo que se supone que esconde, revela mucho más que si la figura estuviera desnuda.
En este sentido, hay una inolvidable: la mujer de tamaño natural en mármol blanco de la capilla Sansevero de Nápoles. Petrificado en un amplio movimiento, parece enteramente cubierto de una muselina que abraza sus formas con placer. La guirnalda de flores determina su bajo vientre, sus pechos colgando del velo, sus ojos entrecerrados… Si hay distintas interpretaciones, más o menos místicas, de esta obra maestra del escultor veneciano Antonio Corradini, la carga erótica es necesaria. desde el comienzo. Esto es, sin embargo, extrañamente, una alegoría de la modestia.
