Aldabonazo económico, político y diplomático: Fitch, una de las agencias internacionales más grandes de calificación crediticia, ha degradado en Francia, estimando que «el callejón sin salida política y los movimientos sociales de protesta son una para la credibilidad financiera internacional del gobierno de Emanuel Macron.
Fitch, al igual que Moody’s y Standard & Poor’s, utiliza las categorías AA+, AA, AA-, A+, A y A-, para calificar la solvencia de los Estados. La madrugada del sábado, la agencia ha decidido degradar la cota de Francia al nivel AA-.
A juicio de los analistas de Fitch, con una notoria influencia en la escena mundial, el proceso de aprobación de la nueva Ley de pensiones de Francia, Durante los últimos cuatro meses, dañó gravemente la credibilidad del proyecto político La plantilla de Emmanuel Macron, con los principales indicadores políticos, sociales y económicos, presupuestaros, al rojo.
Desde el punto de vista de Fitch, las crisis en curso, social, económica y política, “his un riesgo para el programa de reformas de Macron, favoreciendo una política presupuestada más expansionista que amenazaría las reformas precedentes y las reformas prometidas”. Riesgo que la agencia considera peligroso.
A juicio de Fitch, la deuda pública subirá hasta el 114,3% del PIB hacia el 2027, muy por encima de las previsiones macronianas
Prevista en su campaña electoral, presentada por vez primera el otoño pasado, aprobada a mediados de marzo, con un decretazo, sin voto parlamentario, la Ley que reforma el sistema nacional de pensiones ha descubierto una grave crisis social: un rosario de multitudinario de manifestaciones de protesta culminará este 1 de mayo con una nueva jornada multitudinaria, cuando la fronda de las caceroladas alimentó una protesta callejera permanente. Desde fuera, el rosario diario de “conciertos de cacerolas” es un espectáculo que no augura nada bueno para la política económica de Francia.
Fitch argumentó que la crisis social ha iluminado la crisis política subyacente. La mayoría parlamentaria muy modesta y relativa impide que el gobierno de Macron realice promesas aplazadas. Un proyecto de Ley concebido para combatir con más eficacia la inmigración ilegal, ha sido aplazado “sine die”, falto de mayoría parlamentaria. Es la totalidad de la «ambición reformista» de Macron lo que despierta dudas.
Fitch consideró que esta fragilidad política personal y gubernamental es una mejora para los grandes equilibrios presupuestarios del Estado. La agencia crediticia, como el Tribunal de Cuentas, consideró muy optimistas las previsiones gubernamentales en materia de déficit y endeudamiento. A juicio de Fitch, la deuda pública subirá hasta el 114,3% del PIB hacia el 2027, muy por encima de las previsiones macronianas.
reacción del gobierno
La degradación de la nota anunciada por Fitch provocó una reacción muy preocupada de Bruno Le Maire, ministro de Economía, a las 3 de la madrugada de este sábado, limitándose a comentar que «la decisión de la agencia es una apreciación pesimista sobre nuestras perspectivas de crecimiento”.
La «apreciación pesimista» había sido anticipada, hace día, por el Tribunal de cuentas, con una previsión muy similar, sugiriendo «más rigor presupuestario» a Macron y su gobierno.
Entre las principales agencias internacionales de crédito, Moody’s ha decidido no modificar nada en la nota. Standard & Poors, por el contrario, ya había anunciado, el mes de diciembre pasado, que podría degradar a Francia en su próximo análisis de coyuntura, esperado para el próximo 1 de junio.