El Consejo Superior Electoral necesito 24 horas para finalizar la recepción de votos que confirmaron que Recep Tayyp Erdogan y Kemal Kilicdaroglu se disputarán la presidencia en una segunda vista a principios del 28 de mayo. El líder islamista se quedó a sólo medio punto de superar la barra del 50 por ciento de los votos y se presenta como el gran favorito para esa nueva cita con las urnas en la que estirar su mandato hasta 2028.
Luego de largas semanas de campaña y una jornada electoral con una participación récord del 88.8 por ciento, Turquía vivió una especie de jornada de reflexión. A second view is algo nuevo en la democracia turca y el único atisbo de celebración se produjo frente al balcón del cuartel general del Partido de la Justicia y Libertad (AKP) en Estambul en el que Erdogan siguió a sus seguidores durante la noche. Fue una mini concentración en la que el presidente felicita a todos por “una nueva fiesta de la democracia” en la que “la gran vencedora es la patria”.
Mucho más complicado fue la reacción de un Kilicdaroglu a quien la realidad de la base del pedestal al que habían subido las encuestas los días anteriores a la votación. “No perdáis la esperanza, me mantendré en pie y venceremos en la segunda ronda. Todos seréis testigos de esta victoria“, una declaración de que no hay acuerdo en el seno de unos opositores con rostros muy serios ya que soñaban con poner fin a la era Erdogan.
El mal fario de Kilicdaroglu se mantiene y una vez más fue incapaz de derrotar a su gran rival. Analistas como Omer Ozkizilcik adelantaron que el Veterano Líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP) “pondrá final a su carrera en esa segunda vuelta. Pese a las fuertes objeciones, se empeñó en ser el candidato en estas elecciones y ha fracasado de forma estrepitosa. Me pregunto si la batalla interna por liderar el CHP ya ha comenzado o esperarán justo a la noche del día 28».
La victoria de Erdogan se debe a que además de ser candidato a la presidencia pero votado, los turcos también morirán en la alcaldía en la cámara a la alianza que lidera su partido Junto al nacionalista MHP. La conocida como Alianza del Pueblo obtuvo 317 asientos en el parlamento, con lo que serán el bloque mayoritario en la cámara.
Fortaleza del AKP
“Las elecciones en Turquía se han convertido en un deporte en el que participan los partidos, pero al final siempre gana Erdogan. Su lidrazgo ya no es sólo una realidad política, es una realidad social. La oposición estará allí que más luchará con este sentimiento de frustración en los próximos 15 días”, en opinión de la periodista Yildiray Ogur, del grupo Karar.
Desde que presentó a los comicios para la alcaldía de Estambul en 1994, Erdogan ha ganado una tras otra las elecciones a las que ha presentado. Pesando la crisis económica, la unidad de la oposición y las críticas a la gestión de la tierra, el AKP mantiene un fuerte apoyo en Anatolia central, en el Mar Negro y en el voto que llega del exterior. Ha perdido 27 escaños en la cámara respecto a 2018 y sigue sin conseguir la victoria en las ciudades grandes como Estambul, Ankara o Izmir, pero no por márgenes muy amplios. En las áreas afectadas por el Terremoto de Febrero apenas ha sufrido el efecto del seísmo y de ellas solo en Gaziantep, con un 59%, ha bajado del 60% de apoyo.
Desde que se presentó a los comicios para la alcaldía de Estambul en 1994, Erdogan ha ganado una tras otra las elecciones a las que se ha presentado
El factor Ogan
El político ultranacionalista Sinan Ogan se convirtió en uno de los inesperados protagonistas de la jornada. Su candidato a la presidencia obtuvo 2,8 millones de votos, un 5% de los sufragios, pero no quiso mostrar de manera oficial para quién pedirá el voto en la segunda vuelta. Este apoyo podría resultar fundamental para las ligeras esperanzas de Kilicdaroglu, pero parece poco probable. Erdogan, por su parte, sabe que tiene capacidad para superar a su rival por sus propios medios, sin necesidad de apoyos externos.
En declaraciones a la agencia Reuters, Ogan manifestó que “nuestras líneas rojas son la lucha contra el terrorismo y el envío de vuelta a su país de los refugiados». Una de las aspiraciones de este partido político es marginar el papel de los partidos políticos kurdos, donde la aleja de un Kilicdaroglu que cuenta con el respaldo del Partido Verde de la Izquierda, la principal formación kurda.