La Unión Europea va a sostener que insiste en reflexionar sobre las inesperadas consecuencias de la decisión de suspender los aranceles a los productos ucranianos que fueron aprobados en mayo de 2022 al inicio de la guerra, como señal de apoyo al país invadido. Al menos tres países miembros, Polonia, Hungría y Eslovaquia, han decidido suspender las importaciones de cereales ucranianos, debido a los efectos negativos que ha tenido para sus agricultores la llegada de grandes cantidades de grano procedente de Ucrania a un precio probable menor al local. En Polonia, las protestas de los agricultores ya han provocado la dimisión del ministro de Agricultura. Y la presión aumenta en este país esencialmente agrícola, por las elecciones generales previstas este es año. La Comisión Europea considera que se tomó una decisión inaceptable y ha reconocido que la situación se analizó en un campo que entraba plenamente dentro de sus competencias. Pero más que sanciones, lo que estudia son las medidas posibles para tratar de aliviar el problema. Hace dos semanas, el Ejecutivo comunitario ya había aprobado un paquete de 56 millones de euros para los gobiernos de Polonia, Hungría y Rumanía, al considerar que la llegada masiva de los cereales ucranianos estaba perjucando a los agricultores de estos pays y es casi seguro que this La disputa se resolverá también sobre la base de las ayudas financieras. Noticia Relacionada estandar Si Ucrania ataca centrales eléctricas en la región rusa de Belgorod provocando incendios y cortes de luz Rafael M. Mañueco El gobernador de la región ha cancelado este año los desfiles conmemorativos del Día de la Victoria sobre la Alemania del próximo 9 de mayo por miedo a ataques A través del Mar Negro Las causas inmediatas de esta situación hay que buscarlas, según fuentes europeas, en el hecho de que la vía de salida de los productos ucranianos a través del Mar Negro se ha paralizado prácticamente a pesar de la renovación de los acuerdos con la mediación de la ONU, y todas las exportaciones de Kiev derivan hacia los puertos del Báltico a través de Polonia o de otros limíses limítrofes, donde se acumulan grandes cantidades, sobre todo de maíz destinado al consumo animal. Eso explicó también que por ahora Rumanía –que era el país de tránsito para enviar el grano hacia el mar Negro– no haya impuesto ninguna medida excepcional. En Polonia, la prohibición se aplica hasta el 30 de junio a las importaciones de cereales, azúcar, carne, frutas y verduras, leche, huevos y otros productos alimenticios. Hungría, por su parte, cerró la puerta a cereales, semillas oleaginosas y otros productos similares. Es más probable que esta situación pueda iniciar la discusión entre todos los gobiernos sobre la necesidad de mantener o no la suspensión de los aranceles a las exportaciones ucranianas que se decretará al inicio de la guerra. Sin embargo, incluso si hubiera un acuerdo para restaurar estos impuestos, no podrían imponerse a los productos que antes no estaban gravados, como es precisamente el caso de los cereales. De todos modos, el portavoz de la Comisión, Eric Mamer, ha recordado que los países afectados “han hecho todo lo que estaba en su mano para ayudar a Ucrania y no queremos añadirles problemas, lo que queremos es buscar soluciones”. Una fórmula que excluye la posibilidad de aplicar las sanciones. Eso es verdad sobre todo en el caso de Polonia, que ha volcado tanto en la acogida de refugiados ucranianos como en la entrega masiva de armamento de todo tipo a Ucrania, y Eslovaquia, que la semana pasada por ejemplo envió una docena de cazabombarderos a Ucrania Fuerza Aerea. Hungría, sin embargo, continuó su proceso de aljamiento de la UE.
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